domingo, 22 de mayo de 2011

Enfermedad y Sintomas

Enfermedad
La gripe se transmite desde individuos infectados a través de gotas en aerosol cargadas de virus (procedentes de saliva, secreción nasal y bronquial), que son emitidas con la tos o los estornudos o sólo al hablar. Más raramente, a través de las heces de pájaros infectados. También es transmisible por la sangre y por las superficies u objetos contaminados con el virus, que se denominan fomites.
Los virus de la gripe resisten más en ambiente seco y frío. Pueden conservar su capacidad infectiva durante una semana a la temperatura del cuerpo humano, durante 30 días a 0 °C y durante mucho más tiempo a menores temperaturas. Puede ser fácilmente inactivado mediante detergentes o desinfectantes.

En los países desarrollados se han establecido campañas de vacunación anual frente a la gripe para las personas con mayor riesgo de contraer la enfermedad o que son más vulnerables a sus complicaciones, así como controles estrictos a las aves de corral. La vacuna humana habitual es la trivalente, que contiene proteínas purificadas e inactivadas de las tres cepas se consideran van a ser más comunes en la siguiente epidemia: dos subtipos del virus A de la gripe y uno del virus B. Una vacuna elaborada un año puede no ser eficaz al siguiente debido a las frecuentes y rápidas mutaciones que sufre el virus.

Sintomatología
La infección con virus de influenza puede ser asintomática y subclínica sin interferir en la capacidad laboral pero con plena infectividad. Son casos en los que el portador, y también transmisor, no es consciente de la enfermedad. Esto es muy frecuente en la gripe por virus C y mucho más raro en los tipos A y B.

En los humanos los síntomas de la gripe tienen una aparición más brusca, y son más graves y más duraderos que los síntomas del resfriado común. La recuperación completa se logra en una o dos semanas. En ocasiones puede ser mortal, especialmente en pacientes debilitados (ancianos o enfermos crónicos) o con deficiencia inmunológica. La gripe puede agravar patologías crónicas previas, pacientes con enfisema, bronquitis o asma pueden presentar episodios de disnea (dificultad respiratoria) durante la fase aguda de la gripe.

Los síntomas de la gripe comienzan de manera brusca entre 18 o 72 horas (ya que poseen periodos de incubación extremadamente cortos, que es cuando se producen los contagios) tras el contacto con el virus y la infección. Los primeros síntomas suelen ser estornudos con sensación de resfriado, fiebre alta de hasta 39 °C, cansancio intenso, con dolores musculares y articulares. El malestar general suele provocar el encamamiento del paciente durante dos o tres días, con dolores musculares generalizados (mas fuertes en espalda y piernas) y con persistente dolor articular, más intenso en ambas rodillas.

Síntomas:
  •             Dolor en las articulaciones, y en la musculatura dorsolumbar y de extremidades.
  •             Odinofagía (dolor de garganta al comer o tragar saliva) con sensación de sequedad en la garganta.
  •       Tos generalmente seca y con abundante mucosidad.
  •            Congestión nasal con estornudos y rinorrea (producción de mucosidad)
  •      Fiebre con escalofríos y dura entre uno y siete días, siendo sólo 3 lo habitual.
  •            Cefalea fija, no pulsátil, que es sólo consecuencia de la fiebre.
  •            La epiforia (lagrimeo) es habitual.
  •            Dolor ocular que no suele notar el paciente, pero que le aparece al pedirle que lateralice la mirada (este síntoma es muy característico de la gripe).
  •           Disnea (fallo respiratorio) que sólo suele producirse si hay patología respiratoria previa.


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