sábado, 21 de mayo de 2011

Tratamiento del virus

Tratamiento General:
Los consejos generales para una persona afectada de gripe son reposo,
ingesta abundante de líquidos, evitar el consumo de alcohol (licor) y tabaco
y un fármaco que alivie los síntomas, como el paracetamol, que siendo antitérmico
y también analgésico alivia simultáneamente la fiebre y el dolor. Se puede asociar
con codeína para así evitar la tos pues es improductiva y por lo tanto su supresión
no es problemática ya que no provoca acumulo de secreciones. La asociación comercial
de paracetamol con codeína no sirve pues la dosis de ésta sólo tiene efecto analgésico
y no evita la tos.



Tratamiento con Antibióticos:
Dado que la gripe es una infección vírica los antibióticos que son fármacos
antibacterianos que no presentan ninguna resistencia ante los virus no mejoran al paciente salvo que se prescriban por la aparición de una infección bacteriana secundaria, situación en la que suele ser útil la tinción de Gram y un antibiograma para elegir el antibiótico adecuado.

No se deben administrar con fines preventivos, pues además de su inutilidad, así se seleccionan cepas microbianas multiresistentes, es decir, resisitentes a esos antibióticos.

Tratamientos con Antivirales:
Los fármacos antivirales tienen una eficacia limitada, tienen toxicidad
y los virus pueden desarrollar resistencias a las drogas antivirales más empleadas.
Son especialmente útiles en pacientes de alto riesgo cuando la epidemia ya está presente y no hay tiempo para vacunar, así como en brotes nosocomiales.

Los dos tipos principales de antivirales son los inhibidores de la neuraminidasa y los inhibidores M2

Inhibidores de la Neuramidasa:
un estudio demostró que la administración del tratamiento antiviral en pacientes con  gripe provoca la aparición de resistencia durante la terapia, alterando el pronóstico  de la enfermedad. Ello tiene importancia en el impacto que lleva el tratar masivamente a una comunidad durante una pandemia, lo cual puede provocar la desastrosa aparición de cepas resistentes durante el período de administración del tratamiento.

El oseltamivir y el zanamivir son inhibidores de la neuraminidasa que han sido diseñados para detener la propagación del virus en el organismo humano. Tienen un rango alto de efectividad tanto frente a Influenza virus A como B. Se han realizado estudios sobre estos fármacos concluyendo que ayudan a reducir los síntomas y las complicaciones derivadas de la infección. Las diferentes cepas de virus de la gripe presentan
resistencias variables a su acción por lo que es imposible predecir qué grado de resistencia se encontrará en una futura pandemia.

Inhibidores del Complejo iónico M2:
Los antivirales han sido diseñados para bloquear un complejo iónico (proteína M2) y prevenir así la entrada del virus a las células huésped. Estos fármacos son en ocasiones eficaces frente a Influenza virus A si se administran precozmente, pero son siempre ineficaces frente al grupo B. La resistencia medida estos antivirales en cepas americanas aisladas se ha incrementado hasta un 91% en el 2005. 
La actividad de los antivirales parece ser poco eficaz contra las cepas.

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